¿Qué hacer si los correos electrónicos que envías llegan a la carpeta de SPAM?

En ocasiones nos encontramos con que estamos enviando e-mails (de forma profesional o particular) y la persona a la que se los enviamos los recibe en la carpeta de SPAM en lugar de en la bandeja de entrada.

En estos casos es habitual achacar el problema al proveedor de correo (hosting). Y sí, nuestro proveedor de correo tiene mucho que ver, pero no todo. Depende en primera instancia de si esa IP es tuya dedicada (responsabilidad tuya) o es compartida por otros clientes del mismo proveedor (responsabilidad del proveedor).

Debes entender por “responsabilidad”, no solo velar por que tu IP no aparezca en listas negras (ese es uno de los muchos factores), sino velar por su reputación, por que tenga resolución inversa, etc. Quizá no envies mailings masivos, pero la causa puede ser tan sencilla como que uno de tus ordenadores haya sido infectado por un virus y hayas estado enviando SPAM sin querer. Desde ese momento la IP entrará en listas negras y su reputación se verá perjudicada durante semanas (aun habiendo solucionado el problema).

Para listas negras, recomendamos http://www.dnsbl.info/
Para reputación, http://www.senderbase.org/ y https://www.senderscore.org/
Para comprobar la resolución inversa, http://www.debouncer.com/reverse-dns-check

dnsPor último, ¿sabes de dónde viene el término SPAM? Originalmente surgió como abreviatura de “spiced ham” (jamón con especias), y fue la marca usada por la empresa charcutera estadounidense Hormel Foods en 1957 cuando lanzó al mercado su nuevo producto de carne que fue utlizado como uno de los principales elementos de su alimentación los soldados británicos y soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. El grupo británico de humoristas Monty Python se burló de él en una famosa escena cómica que proporcionó la fama definitiva al término: cuatro vikingos leen un menú que ofrece muchos platos pero todos contienen SPAM y empiezan a gritar la palabra: “¡Al rico SPAM!”. De ahí la asociación con una cosa abundante que nadie quiere, como el correo electrónico “basura” que llega masivamente a nuestros buzones, el SPAM.